- - Ya encontrarás tu sitio -
- - Si algo no se ha dado, es que no era para ti-
- - Si él te ha dejado, es que el tuyo está en camino..-
Éstas frases, en un principio nos hacen tener esperanzas de que tal vez, la vida sea todo un aprendizaje y que lo que no conseguimos sea porque no es el momento, no es el lugar, no es nuestra causa.
Existen otras personas, pesimistas (que en el fondo presumen de ser realistas cuando creo que más bien son del primer grupo) que machacan ésta idea diciendo que es una forma didáctica de superar los fracasos, un engaña-bobos para secar las lágrimas. Sé que detrás de cada fracaso, hay una lección de vida, un proceso de aprendizaje, y jamás hay que ignorarlo. Pero también creo que lo que se nos va de las manos, es porque en el fondo no nos pertenece, porque su naturaleza es contraria a la nuestra, porque su carga de energía es totalmente opuesta y la repelemos, porque su leyenda personal o proyecto de vida está lejos del nuestro, por muchas causas.. pero nunca desaparece de nuestra vida para siempre por error.
Todos tenemos un lugar. Yo hace tiempo lo busqué, y en mi fondo sabía dónde estaba y a dónde quería ir, pero durante ése tiempo sentí cómo dolían las piezas del puzzle desencajadas, como chirriaban unas con otras, como me daba dentera el sentir que faltaba espacio para ubicar unas piezas con otras. Sabía que ése lugar, no era mi lugar... pero sí mi momento.
Era mi momento porque tampoco, del lugar de donde venía, sentía que todo estaba bien, sabía que tenía que irme para darle forma a una de las piezas centrales del puzzle que era yo misma y que el proceso llevaría su tiempo. Aún así, no perdí conciencia de que ése lugar, no era mi lugar para toda la vida.
Cuando sentí que era el momento, regresé... y sentí un suspiro interior, como si ése sonido chirriante y molesto ya hubiera desaparecido, como si de repente, me hubiera sentido más completa que nunca y tuviera la certeza, que las piezas que faltaban para completar ése puzzle, estaban cerca.
Todo parece perfecto cuando encontramos nuestro huequito en el mundo, las personas que nos rodean, el trabajo que tenemos, la pareja que hemos encontrado, la vivienda, el clima, el lugar... todo parece que también nos buscaba.... Siempre hay un lugar donde se nos necesita, donde buscan a alguien con nuestra forma de reir, de pensar... siempre hay alguien que sueña encontrar a una persona como nosotros.
Tenemos que ser honestos y jamás renegar de quiénes somos, de lo que nos gusta, nos apasiona, de nuestras verdaderas vocaciones, ser sinceros con nosotros, con nuestro trabajo, con las personas que nos rodean. Ése es el truco, cuando luchamos por nuestros sueños, por construir ésa situación ideal e individual y no renunciamos a ése proyecto ENCAJAMOS en el mundo. Y forjamos así, entre todos los humanos, un gran puzzle que es la conciencia colectiva...
Si cada uno busca su sitio, si cada uno se encuentra, si cada uno se conoce
(·conócete a ti mismo· como decían los filósofos griegos) encontraremos la armonía, la armonía propia y la común...
El mundo ya no sería un puzzle lleno de piezas rotas, perdidas. Formaríamos nuevamente ése todo que es de dónde hemos venido.
Existen otras personas, pesimistas (que en el fondo presumen de ser realistas cuando creo que más bien son del primer grupo) que machacan ésta idea diciendo que es una forma didáctica de superar los fracasos, un engaña-bobos para secar las lágrimas. Sé que detrás de cada fracaso, hay una lección de vida, un proceso de aprendizaje, y jamás hay que ignorarlo. Pero también creo que lo que se nos va de las manos, es porque en el fondo no nos pertenece, porque su naturaleza es contraria a la nuestra, porque su carga de energía es totalmente opuesta y la repelemos, porque su leyenda personal o proyecto de vida está lejos del nuestro, por muchas causas.. pero nunca desaparece de nuestra vida para siempre por error.
Todos tenemos un lugar. Yo hace tiempo lo busqué, y en mi fondo sabía dónde estaba y a dónde quería ir, pero durante ése tiempo sentí cómo dolían las piezas del puzzle desencajadas, como chirriaban unas con otras, como me daba dentera el sentir que faltaba espacio para ubicar unas piezas con otras. Sabía que ése lugar, no era mi lugar... pero sí mi momento.
Era mi momento porque tampoco, del lugar de donde venía, sentía que todo estaba bien, sabía que tenía que irme para darle forma a una de las piezas centrales del puzzle que era yo misma y que el proceso llevaría su tiempo. Aún así, no perdí conciencia de que ése lugar, no era mi lugar para toda la vida.
Cuando sentí que era el momento, regresé... y sentí un suspiro interior, como si ése sonido chirriante y molesto ya hubiera desaparecido, como si de repente, me hubiera sentido más completa que nunca y tuviera la certeza, que las piezas que faltaban para completar ése puzzle, estaban cerca.
Si yo me conozco, el universo me reconocerá y vendrá a buscarmeAl fin, encontré mi lugar (o el lugar de mi momento), y estar en mi lugar me ayudó a encontrar el resto de piezas que faltaban.
Todo parece perfecto cuando encontramos nuestro huequito en el mundo, las personas que nos rodean, el trabajo que tenemos, la pareja que hemos encontrado, la vivienda, el clima, el lugar... todo parece que también nos buscaba.... Siempre hay un lugar donde se nos necesita, donde buscan a alguien con nuestra forma de reir, de pensar... siempre hay alguien que sueña encontrar a una persona como nosotros.
Tenemos que ser honestos y jamás renegar de quiénes somos, de lo que nos gusta, nos apasiona, de nuestras verdaderas vocaciones, ser sinceros con nosotros, con nuestro trabajo, con las personas que nos rodean. Ése es el truco, cuando luchamos por nuestros sueños, por construir ésa situación ideal e individual y no renunciamos a ése proyecto ENCAJAMOS en el mundo. Y forjamos así, entre todos los humanos, un gran puzzle que es la conciencia colectiva...
Si cada uno busca su sitio, si cada uno se encuentra, si cada uno se conoce
(·conócete a ti mismo·
El mundo ya no sería un puzzle lleno de piezas rotas, perdidas. Formaríamos nuevamente ése todo que es de dónde hemos venido.
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