lunes, 25 de abril de 2011

Que la suerte te acompañe




SUERTE
. Algunos dicen que es suerte pisar una caca de perro... yo la verdad que tengo mi propia teoría sobre eso, imagino que un día alguien pisó una caca de perro y para animarse a sí mismo pensó que en vez de tener mala suerte, había tenido buena. No sé si apestar a éso precisamente durante todo un día es tener buena suerte. Por ésa regla, cuando te cae una caca de paloma también es tener "suerte". Suerte porque la probabilidad de que una paloma vuele sobre ti y le entren ganas de defecar y que justo su caca baje a la velocidad adecuada para que se encuentre contigo antes de llegar al suelo, es ¡¡ínfima!! pero lo cierto, es que para algunos supone tener suerte pisar una caca de perro a la que se puede evitar pisar si mirásemos por dónde vamos y sin embargo, que te caiga del cielo una cagada de paloma, no lo es (según las creencias populares claro) cuando es mucho más improbable lo segundo que lo primero.
Al decir verdad, para mi no es tener suerte encontrarse con una mierda por el camino, venga del cielo o de la tierra, para mi es una gran "cagada". Pero reirte de ti mismo y ayudarte a pensar que puedes tener "suerte" por ésto puede cambiar las cosas, o no...

Suerte, qué palabra tan bonita, pero más bonita es la que le suele acompañar casi de la mano; OJALÁ, según wikipedia significa; Úsase para expresar el deseo de que algo ocurra.
Ojalá que pase.... ojalá, ojalá...
¡usarla es casi una oración!. Silvio Rodríguez le hizo un "homenaje" a ésta palabra que me fascina...


Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan
para que no las puedas convertir en cristal.
Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo.
Ojalá que la luna pueda salir sin ti.
Ojalá que la tierra no te bese los pasos.

Ojalá se te acabe la mirada constante,
la palabra precisa, la sonrisa perfecta.
Ojalá pase algo que te borre de pronto:
una luz cegadora, un disparo de nieve,
ojalá por lo menos que me lleve la muerte,
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones:
ojalá que no pueda tocarte ni en canciones.

Ojalá que la aurora no dé gritos que caigan en mi espalda.
Ojalá que tu nombre se le olvide a esa voz.
Ojalá las paredes no retengan tu ruido de camino cansado.
Ojalá que el deseo se vaya tras de ti,
a tu viejo gobierno de difuntos y flores.

Ojalá que me quiera, que me renueven, que encuentre el hogar de mis sueños,Ojalá que me toque la lotería, el euromillón o el sueldo para toda la vida de Nescafé.. :-)
Lo cierto que es para que te toque, hay que comprar un "boleto" como dice el chiste...

Chiste es jugar toda la vida y que no te toque nunca... se puede mirar así, pero si por ser chiste, sigue haciendo gracia, tampoco duele tanto.
Me encanta el eslogan de La lotería Nacional de; - Que la suerte te acompañe - me parece la mejor despedida que le puedes dar a un amigo. Antiguamente se decía éso de: -Vaya usted con Dios- Dios puede significar "protección" pero Suerte, Suerte ¡¡es mucho más!! con suerte nada malo puede pasarte y puedes conseguir todo lo que te imagines.
Existen despedidas o bienvenidas preciosas en otros idiomas como por ejemplo la árabe, "Salam Malecum" que sig.: Que la paz esté contigo... o la hindú Namasté “Yo honro el lugar dentro de ti donde el Universo entero reside. Yo honro el lugar dentro de ti de amor y luz, de verdad, y paz. Yo honro el lugar dentro de ti donde cuando tú estás en ese punto tuyo, y yo estoy en ese punto mío, somos sólo Uno”
Qué confortable sería si todos entendiéramos un saludo así. Si todos nos deseásemos tanto bien probablemente también recibiríamos mucho más. Éso es dar amor al prójimo.
Pero lo dicho, hay que "tentar a la suerte" de vez en cuando.

Yo también sueño y uso mis "ojalás". Juego al euromillón casi todas las semanas, la verdad que hace ya 3 años que mi novio y yo ponemos nuestras ganas, al principio, no había semana que no nos tocase algo, por poco que fuera, dos números y una estrella, dos estrellas y un número... estábamos cerca, pero no sé qué pasa qué últimamente nos quedamos bastante lejos, ¿será que ya hemos dejado de proyectar nuestras ganas? ¿Cuál es el truco? ¿desear con mucha fuerza? o ¿quedarnos impasibles convencidos de que nos llegará?.
Mi sueño... ¡¡El sueldo para toda la vida de Nescafé!! :-D se me ponen los ojos redondos... me voy a proponer comprar Nescafé para un año para poder participar todas las veces que pueda, ¿y si toca? .... Soñar y soñar... premios así piensas que sólo te pueden tocar una vez en la vida, pero a veces hay a quien les toca dos y tres veces a lo largo de su vida. ¿Qué regla aplican? ¿Qué es lo que proyectan? Yo también quiero aprender.

Hoy he estado pensando en la Suerte....
Ojalá, ojalá..... :-D Tendré que seguir intentándolo.

"Que la suerte te acompañe"

martes, 19 de abril de 2011

El riesgo de querer ser perfecta

Como todo en la vida, existen los extremos. Un extremo positivo, un extremo negativo. El querer ser “perfecta” puede llegar a uno de ésos dos extremos o bien mantenerse nivelado en el centro, lo que se dice; una “perfección” equilibrada.

La foto corresponde a la actriz Natalie Portman en su papel en la película cisne negro, que interpreta a una chica obsesionada con la perfección en el baile... llegar a ése punto obsesivo es el extremo negativo de buscar la perfección.

Yo sólo tengo una cosa clara; no quiero ser perfecta. No perfecta para los demás, no perfecta del como se entiende la perfección, quiero ser “perfecta” a mi manera, una perfecta imperfecta que se entiende a sí misma, que disfruta con lo que hace y que ante todo; no llegue a defraudarse, y si lo hace, pueda perdonarse y seguir andando.

Me harta la gente que critica el cómo soy o el cómo quiero ser diciéndome; -“Quieres ser perfecta”- o cuando pasa algo y las cosas no salen cómo uno espera dicen; “ Tampoco tienes que ser perfecta en todo” no sé si critican que desde fuera soy un tanto “dura” conmigo misma, pero más que dura, (pues ser dura se entiende cómo castigo) creo que soy estricta y también tengo mis normas. Normas o más bien, rutinas, que otros critican porque quizá, no tienen voluntad para llevar a cabo sus planes.

Hay una cita que leí hace poco, que no recuerdo bien, que decía algo así como que que las personas que envidian y critican a aquellos que son capaces de hacer posibles sus sueños son justo quienes carecen de voluntad para ello.

Las normas para mí misma también son flexibles y se adaptan a cualquier circunstancia, si un día me siento mal, si un día quiero saltarme la dieta… si un día pasa algo que desajuste mi rutina, simplemente, me ajusto a ésa circunstancia y cambio para adaptarme a ella sobre la marcha.

No soy una sargento conmigo misma, creo que mi manía del orden, va más allá de la limpieza, quiero tener una vida ordenada, en cuanto a lo laboral, social, familiar, físico y mente. Y para tener una mente ordenada tengo que entender que ante todo soy una persona. Una persona con emociones y necesidades afectivas, con cansancio y con un sistema inmunitario que a veces flaquea. Todo antes de caer en la autoexigencia desnivelada que lleva a padecer enfermedades e ir en contra de las necesidades básicas (comer, dormir, reír, VIVIR) esto conduce a la infravaloración de uno mismo. Yo no llego a éste extremo, no quiero, tal vez llegué a ése peligroso punto un día hace mucho tiempo, cuando en vez de ir “conmigo” iba contra mí. La alarma antes de llegar a esta situación es no sentirse nada a gusto con lo que uno es, hace o piensa. Seamos tal cual somos, pero procuremos ser “más” y “mejor” para gustarnos principalmente a nosotros mismos. Ser tal cual uno es, es quererse y aceptarse a sí mismo, y esto ya lo aprendí hace tiempo.

Es verdad que mi horario semanal es todo un croki… eso de… “deja que consulte con mi agenda…” es cierto, a mi me pasa. Pero saben? Soy feliz, y no sé porqué otros se empeñan en decirme; - ¡¡Por favor, no sé cómo puedes con todo!! ¡¡menudo agobio de vida!! - .. .Agobio de vida ¿porqué? ¿Porque otros sencillamente escogen no hacer nada ni plantearse ningún reto?.

A mi eso, me harta… y me harta que me critiquen en cuanto mi gustos, en si salgo mucho o poco, en si me cuido “más de la cuenta” o no me cuido.

Reconozco, que a veces, ni yo misma, puedo cumplir todas las expectativas que me planteo. Pero ésos días, en los que me siento débil, me salto mis “normas” dejo el estudio, el gimnasio, me como una chocolatina y se produce el ¡¡¡momento de catarsis!!! Ya saben; “El que hizo el truco, también hizo la trampa”


Creo que lo que sucede es eso mismo, las personas que carecen de voluntad envidian a las que sí la tienen, y se empeñan en hacerme sentir mal como si yo estuviera haciendo algo malo, si empleo mi tiempo libre en estudiar, si me pongo a dieta, o simplemente, opto por comer sano y decirle NO a un pizco de dulce, (para algunos está mal… o simplemente estás enferma pues no tienes una obesidad mórbida como para decirle no a un dulce) si me planteo el hacer deporte toda la semana (estoy obsesionada con el deporte) si una semana escojo salir de fiesta con las amigas y cuidar mi vida social (soy una festera y una irresponsable) si me voy de viaje (sólo sé gastar el dinero) si quiero apuntarme a clases de canto, un grupo de teatro, una nueva actividad (me sueltan algo así cómo: ¿para qué quieres hacer más cosas si no tienes tiempo para nada?) si quiero mejorar el algo me dicen - ¿cómo… para qué? ¡Si estás bien cómo estás! – O si escojo gastarme el dinero en una super cámara fotográfica me dirán; - ¿para qué? Ni que fueras fotógrafa profesional… - Bueno, no lo soy, pero el “poder ser” siempre es una probabilidad.

Vamos, eso de; nunca llueve a gusto de todos, es certero. Pero en mi vida llueve como a mi me gusta, porque sencillamente soy feliz. Soy feliz cuidándome y llevando ésta vida tan ajetreada, me encanta estar ocupada y elegir cuándo no estarlo… me encanta tener metas y propósitos y lo que me más me satisface es sentir que soy totalmente capaz de llevarlo a cabo. Me encanta tener un poco de “estrés social” (sólo un poco) me gusta molerme en el gimnasio y quedarme muerta al día siguiente, me gusta ponerme a dieta y comer sano, me gusta pasar horas en la biblioteca y sentirme satisfecha porque me gusta lo que estudio y porque sencillamente, estoy ahí un día más, y ése día cuenta y mucho.

Me gusta ver que todo lo que soy y todo lo que tengo es porque en el minuto 0 de ésa realidad yo me planteé que quería conseguirlo, conseguirlo y lo más complicado, mantenerlo.

Me gusta ver que mi cuerpo es resultado de un esfuerzo, que mi mente también lo es… que ya no me preocupo por boberías, que he aprendido a aceptarme tal cual soy pero con el reto de mejorarme a mí misma, superar traumas, olvidar pasados que hacen “pupa”, cambiar actitudes que te hieren a ti y a los demás etc… Querer mejorar por dentro y por fuera no está mal, y no por querer cambiar para mejorar significa no saber aceptarme (otra de ésas críticas).

No tengo porqué demostrarle a los demás que la vida que llevo, para mi es “perfecta” y ordenada, no, porque sencillamente soy feliz y los que me quieren lo saben porque lo ven.

Soy una perfecta imperfecta, y es eso lo que me encanta, y a los que no les guste les preguntaría qué fue lo último que se plantearon en su vida y consiguieron.

Tengo el vicio de cumplir metas y cuando consigo un propósito y lo disfruto me pregunto ¿qué quisiera conseguir ahora? …. No paro la pata, cierto, pero la verdad de todo esto, es que soy así y ser así es parte de mi historia, dejar de serlo sería asesinar mi identidad al gusto de los demás, al gusto de sus frustraciones.

Sin esfuerzo no hay gloria, y mi “esfuerzo” me compensa desde el mismo presente, pues el placer de hacer lo que me gusta, me “robe” el tiempo que me “robe” (según pensamiento de otros) me place enormemente… pues considero que emplear el tiempo en llevar a cabo tus metas o en mejorar en algo que te gusta es un tiempo de regalo. Cuando sienta que una de ésas cosas a las que me dedico se ha convertido en un ladrón del tiempo, es que ésa función o ésa etapa ha llegado a su final para poder dar luz a otra nueva y seguir progresando.

Quiero ser perfecta para mi, pues aunque quede de narcicista decirlo, me quiero tanto, que cuidar mi vida, es uno de mis principales cometidos.

Luchar por ser y tener lo que uno anhela, te lleve el sacrificio que te pueda llevar, merece la pena. Debo hacerle oídos sordos a los incapaces en cumplir sus anhelos que emplean más el tiempo en fastidiar los planes de lo demás que en llevar a cabo los suyos propios. Envidia y pereza, dos de los siete pecados capitales. Por algo será.