jueves, 18 de agosto de 2011

Transformación


Hace años me tatué una mariposa en el tobillo símbolo de transformación. Había terminado la carrera y el máster y fué en ese momento cuando sentí que todo el esfuerzo que había realizado había llegado a su fin y que después de tanta "auto-formación" había llegado el momento de transformarse y empezar a volar.

Estaba en un cambio de etapa, había dejado de ser estudiante para convertirme en profesional (supuestamente). Sentía que todas las oportunidades se abrían camino frente a mi y estaban ahí para recibirme dándome la opción de poder elegir;
dónde trabajar, en qué ciudad vivir, en qué casa...
Así que como buena mariposa, transmuté hacia otra cosa.

Creo que el periodo de transformación, debe durar toda la vida. No basta en convertirnos de orugas a mariposas y ahí se acaba el ciclo. Creo que las personas nos transformamos a lo largo de toda nuestra vida y que dicho cambio no debe ser solo físico sino interno. Es un requisitivo indispensable para nuestra evolución personal. De bebés a niños, de niños a adolescentes, de adolescentes a "jóvenes", de jóvenes a adultos, de adultos a ancianos...
Es un cambio de piel constante que requiere de esfuerzo y que en el momento de la transformación es típico que nos puedan las dudas, el miedo o la depresión. A muchos nos cuesta el cambio o tal vez el reconocer que hemos cambiado y que debemos actuar en consecuencia.

Siento que estoy en plena muda de piel, con las confusiones típicas de este periodo, pero con la necesidad imperiosa de completar esta etapa de transformación.

Es la sensación de ¡necesito de avanzar! de quitarme cierto "lastre" de encima como si fuera piel seca que pica, un lastre que le impide al alma explayarse. Es como un bloqueo energético que me impide completarme a mi misma y cumplir mis anhelos.

Ahora no tolero nada negativo en mi vida, es como si me hubiera hecho alérgica. No aguanto malas sensaciones, ni relaciones amistosas impuestas, ni discusiones, ni malos entendidos. No aguanto el no sentirme yo misma, ni los desprecios, ni las cosas a mitad de hacer...

No, hoy quiero avanzar y busco la realización plena. Si eso me lleva a superar esta pequeña época de crisis existencial, de cambio, de transformación, de transmutación hacia otra cosa... merece la pena.

Cambiar es necesario, ya está dicho; renovarse o morir.

Imagino que hay que saber ser ambicioso en esta vida, en la justa medida claro. Ambicioso con lo que queremos recibir, del empleo, de los demás... Ambicioso con el nivel de satisfacción que queremos alcanzar en nuesta vida social, espiritual, amorosa.

Una vez leí que si quieres llegar a las estrellas debes apuntar alto. Y hasta ahí estoy mirando, si podemos llegar... ¿porqué no?.


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