martes, 9 de febrero de 2010

El comienzo


Me preguntaba cómo sería la sensación de leerme a mí misma, aunque ya ésa sensación la tuve hace años, también hace tiempo que dejé ésa afición, tal vez porque mayoritariamente escribía penas de amor que ya aburrían o mis eternas crisis existenciales que pretendía solucionar a base de cerrar fuerte los ojos y pensar "nada de esto es verdad", pero lo cierto, es que los enfrentamientos a mí misma se hicieron de una forma más práctica, y dejé las lamentaciones literarias para aplicar los consejos de todos los libros de autoayuda, autodescubrimiento, metafísica o aquellos catalogados como psicología barata que realmente fueron los precursores de mi nueva teoría vital, "el optimismo" porque siendo realista, nada nos puede quedar más inteligente que reirnos de la aparente "mala suerte".

Así que todos mis diarios pesimistas, dramáticos y propios de la adolescente que fuí se quedaron en cajas en el cuarto trastero de mi madre, abandonados a su propia suerte.
Ya hoy soy distinta a ésa niña que fui, y mis "crisis" ya no son las mismas que las de antes, aunque sí las mismas de todos, o al menos de la gran mayoría.

¿Y porqué hablar sola o siempre con las mismas amigas? Tal vez me venga bien recuperar ésta terapía de escribir, de encontrarme a mi misma dejándome expresar tal cual me sale, sin mirar exáctamente si está bien o no está bien lo que siento, lo que quiero o lo que me pasa...
Y hoy tal vez, en éste amanecer, maduré la idea de empezar a escribir un blog, también porque he empezado a leer a una chica que escribe por aqui... y me dió la sensación que sus "rarezas" también son las mías y que su llana vida es mucho más que eso, es pura emoción.

Estoy leyendo un libro que dice que no estaríamos vivos si no experimentásemos la fuerza de los contrarios, de la alegría-la tristeza, el día-la noche, la suerte-la tragedia... y todos, como seres vivos que somos, nos sumamos a ése vaivén entre las polaridades de una misma cosa que es la vida. Iendo de norte a sur, de noroeste a sureste... dando tumbos y buscando nuestro "centro".
Es éso lo que busco ahora mismo, el centro de mi día a día, mi vida de hoy (porque el centro de mañana no sé exactamente dónde estará) pero el de hoy lo busco como una exploradora con el mapa de sus sueños en una mano, la brújula que le señala sus acorazonadas en la otra y con pocas instrucciones y a su vez muy contradictorias que a veces me abren el cielo y otras hacen que todo se vuelva a nublar. Pero parece que poco a poco vuelvo a reconstruir mi vida...

Saldré ahí fuera a buscar trabajo, a cambiar de aficiones o de obligaciones a las que me he atado y que a día de hoy me roban mucha energía y no me dejan tiempo para mi. Saldré ahí fuera a trazar el plan para conseguir todas mis metas, a ser más feliz o sentirme más completa, dentro de lo que cabe. Porque no niego que soy feliz, éso es cierto... pero quisiera rellenar ésos huecos que me faltan que a veces se agrandan y me ahogan.

Soy consciente que he comenzando una nueva etapa, de proyectos, de redirección, de abandonar un camino para empezar otro. Por ésta razón, siento que hoy es un nuevo amanacer. Mi nuevo blog ya ha amanecido. ;-)

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