martes, 7 de junio de 2011
La Quinta Montaña
Hace muchos años, me enganché a un escritor de novelas, Paulo Cohelo. Para mi fue un descubrimiento, me enseñó y reafirmé muchas ideas que tenía en aquella época.
Imagino que la vida son etapas, etapas en las me afilié a unos escritores más que a otros pues sentía que ellos me entendían (me entendían a mi..., difícil apreciarlo así pero así fue). Al tiempo que fui creciendo, me fue llamando más la atención otro tipo de novela, otros escritores, otras filosofías, otras historias, y dejé de ser una loca fanática de Paulo Cohelo (habiéndome leído todo lo publicado de este escritor, tanto que esperaba a que sacase el siguiente libro para ir a comprarlo a la libreria) que pasé posteriormente hacia otras inquietudes literarias o humanísticas.
Así fue como en aquel entonces, llegó a mis manos "La Quinta Montaña". Creo muchas veces que los libros, cuando llegan a nuestra vida, no lo hacen por mera casualidad. Llegan por un porqué. Tal vez contengan la interpretación a nuestras dudas, pistas sobre hacia dónde dirigirnos, señales... Así que la Quinta Montaña para mi, no fue menos. No fue el primer libro que llegó a mis manos para darme la respuesta a alguna cuestión, no, la magia se cruzó tal vez por vez primera con "El Alquimista" quien me dio TODAS las respuestas a mis dudas, a mis penas de aquel momento y el porqué de mis ilusiones. Qué lindo es poder darle una interpretación distinta a una misma novela en función de quien la lee.
La Quinta Montaña, me dio a entender que muchas veces las derrotas, los fracasos, los imprevistos... tienen una gran oportunidad en ellas; la de volver a empezar. Explicaba que todo lo que cae es porque sus cimientos no están bien puestos y que la oportunidad de empezar de cero nos daba la ventaja de poner cada cosa en su sitio perfectamente y de mejor manera, ya que estamos ayudados por la experiencia de haber vivido lo que no vivimos cuando empezamos a crear.
Y es que volver a crear, es una oportunidad espléndida y maravillosa a la que a muchos de nosotros, se nos puede hacer un mundo.
A mi se me derrumbó la torre, ¡¡¡ salieron las oposiciones y ni me enteré!! es como un chiste tonto, pero bueno, pasó, y efectivamente, como en todos los chistes acabé por reirme. Habia sacrificado muuuchas horas, mucho tiempo, muchos nervios, mucho cansancio aplicado a ése reto o a ésa meta... y.... ¡¡¡pasó como un tren por detrás de mi sin hacer ruido!!!. Pero la verdad, que a pesar de todo, sentí alivio.
No sé qué debo aprender de ésto, a estar más atenta seguro, pero también a reinvertir mi tiempo en otra actividad que me haga ser más "yo misma".
Últimamente hay un nuevo verbo que ronda en la red, o que quizá siempre existió y ahora se le dota de más protagonismo: "Reinventarse" Es como una nueva corriente filosófica que diría que está cogida de la mano con lo de "proyectar".
Pues sí, efectivamente; ahora me reinvento y proyecto todo éso que quisiera en mi futuro. Como si tuviera en los ojos un retroproyector que refleja en un papel blanco éso que se está forjando en mi cabeza.
Quizá se ha caído la torre, pero ahora tengo todas las piezas de ésa torre, como si fueran leggos para construir otra torre, o tal vez un chalet, o un castillo... con las mismas piezas, puedo hacer formas distintas. Ésa es la ventaja. Y sí, ahora mismo estoy reinventándome, con miedo, cómo no, es como invertir dinero en una nueva obra que no sé si se vendrá abajo... pero con muchas proyecciones que tienen un significado, éstas me valen y éstas me hacen valiosa.
Al menos aprendí que sin constancia, no se pueden construir grandes edificios, sin voluntad no se mantiene ésa proyección y sin ilusión nada vale. El empezar de cero tiene un gran significado; Se abre una nueva puerta frente a mi. ¿Y si cae? pues entonces no era el destino, era el camino.
Hay una lección oculta detrás de cada "derrota" o de cada victoria.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario