martes, 15 de junio de 2010

El último adiós


He llorado muchísimo estos días y por dentro aún me siento rota, como si algo se hubiera desquebrajado por siempre, creo que la única ventaja, es que durante todos éstos días de llanto, he intentado asumir la idea de que ya no estarás presente, ni sentiré tu calor... pero sé que a pesar de todo,seguiré escuchando tu voz, tu risa, seguirá viéndote sentada en el sillón de siempre cuando cierre mis ojos, estarás en mi mente.
Una luz se está apagando, y los médicos así nos lo dijeron... cada día voy a ver a Lela (mi abuela) al hospital y antes de entrar a la 826 procuro respirar hondo temiendo que lo que vaya a encontrarme rompa la bolsa de agua que mantengo en mi garganta, no es raro que siempre salga llorando de alli... y es que, me cuesta tanto verte sufrir, tanto pensar que hace nada estabas en casa haciendo potaje, riéndote..., me cuesta tanto decirte adiós... Pero aún así, te he dicho que descanses, que si tienes que irte te vayas .Procuro no ser egoísta reteniéndote aqui...
Tal vez el día que decidas marcharte todos sintamos alivio o tal vez se abra más la herida, porque nadie va a acostumbrarse a estar sin ti. Espero seguir sintiéndote como si estuvieras cerca, y que el entrar a casa no sea duro para todos nosotros, sino guardemos el lindo recuerdo de todo el legado que nos has dejado, recojamos tu fuerza, tus ganas de vivir, todo el amor que dejarás en el aire al marcharte.
La otra noche soñé contigo, soñé que me pedías que me metiese en tu cama a calentarte la espalda y los pies, como hacía cuando yo era niña, me dijiste que te ibas a dormir y que durante el sueño te morirías... a mi me dió miedo amanecer en la cama donde yacerías y te dije que prefería que durmieras sola... que antes de que ocurriese, yo ya me habría marchado. Creo que ése sueño me ayudó a decirte adiós... y asumir que ya te ha llegado la hora, que ya quieres irte, que ya todo lo que tenías que hacer aqui lo hiciste y quieres descansar. Pues vete Lela, si así lo deseas... vete al cielo.
Adiós Lelita, ya te dije adiós... ahora sólo espera a que vengan a recogerte y te irás volando como un ángel más en el cielo. Te quiero.