viernes, 18 de marzo de 2011

El cuento de la lechera


Existe un cuento que siempre me ha llamado la atención y al que me he remitido muchas veces para explicarles a otras personas lo que es querer abarcar mucho... el hacerse castillos en el aire, el soñar más de la cuenta...
Hoy he vuelto a leerlo, y la verdad que... si a la lechera no se le hubiera caido el cuenco... ella misma hubiera conseguido todo lo que se proponía, pues lo sentía tan suyo ya que sin duda lo hubiera logrado. Lo que descuidó el "presente" y ahí está el error.

Porque en el presente se encuentra la semilla de todas las realidades futuras, aunque bueno, le sirvió para que cuidase más su próximo cuenco de leche.

Jamás hay que descuidar el presente, ni las relaciones, ni al amor, ni el trabajo, ni la constancia... Hablo mucho de cumplir sueños y metas, es verdad, pero sin tener un poco los pies en el suelo, tampoco sería posible conseguirlos.

Soñar, siempre... pero soñar DESPIERTOS mejor... y bien despiertos. :-)

El cuento de la lechera:

Una lechera llevaba en la cabeza un cubo de leche recién ordeñada y caminaba hacia su casa soñando despierta. "Como esta leche es muy buena", se decía, "dará mucha nata. Batiré muy bien la nata hasta que se convierta en una mantequilla blanca y sabrosa, que me pagarán muy bien en el mercado. Con el dinero, me compraré un canasto de huevos y, en cuatro días, tendré la granja llena de pollitos, que se pasarán el verano piando en el corral. Cuando empiecen a crecer, los venderé a buen precio, y con el dinero que saque me compraré un vestido nuevo de color verde, con tiras bordadas y un gran lazo en la cintura. Cuando lo vean, todas las chicas del pueblo se morirán de envidia. Me lo pondré el día de la fiesta mayor, y seguro que el hijo del molinero querrá bailar conmigo al verme tan guapa. Pero no voy a decirle que sí de buenas a primeras. Esperaré a que me lo pida varias veces y, al principio, le diré que no con la cabeza. Eso es, le diré que no: "¡así! "

La lechera comenzó a menear la cabeza para decir que no, y entonces el cubo de leche cayó al suelo, y la tierra se tiñó de blanco. Así que la lechera se quedó sin nada: sin vestido, sin pollitos, sin huevos, sin mantequilla, sin nata y, sobre todo, sin leche: sin la blanca leche que le había incitado a soñar.

lunes, 14 de marzo de 2011

SOS planeta Tierra





Estos días nos estamos levantando y nos acostamos con imágenes catastróficas del tsunami y el terremoto de 9 grados que ha habido en Japón... y tal vez no se quede ahí la cosa, tal vez exista una tormenta nuclear a consecuencia de todo ésto.
¿Qué le pasa al mundo? ¿qué le hemos hecho los humanos?... Mi novio insiste que todo esto es consecuencia de las pruebas que hacen los militares bajo el mar con potentes bombas que mueven las placas de la tierra y al tiempo dan éstas consecuencias...
Sea de donde venga lo que está sucediendo no es para menos que para alarmarse. Y si no es inevitable, buscar soluciones.
El mundo está cambiando, es una enorme fiera dormida con su carácter que nos ofrece lo mejor de su tierra, de su mar y de su aire pero que cuando enferma y embrutece, nos contagia a todos, y con ello se lleva a miles y miles de muertos por delante.
No hemos sido nada agradecidos con la tierra, nos hemos comido sus frutos y su sangre y tan sólo hace un esfuerzo por respirar, por continuar su supervivencia.
Visto lo visto, tal vez ya pueda creerme a lo que me he resistido durante éste tiempo que el 2012 será el fin del mundo. En la biblioteca hay pintadas de: "2012 The end..." y cosas así... no sé en qué forma será el final, pero el final de algo puede que esté a punto de llegar.
Ni las mejores películas de ciencia ficción pudieran haber reflejado mejor lo que ha hecho la propia realidad con ésta catástrofe.
¿A dónde van tantas vidas? ¿Se quedan deambulando como almas en penas preguntándose el porqué? ¡Qué injusto es que le toque a ellos! y que justo si se mira desde el punto de vista de nuestro Planeta que se ha pasado generaciones advirtiéndonos del cambio que sufría.
A mi, particularmente, me da escalofríos y agradezco el sentirme "a salvo", pero ¿hasta cuándo?... ¿y si nos toca a nosotros?.


Quisiera tener hijos, pero a veces pienso si es justo traerles a éste mundo que se desmorona en todos los sentidos... Me da tristeza, rabia, miedo ver lo que está pasando y ¡¡no poder hacer nada!!.
Aunque tal vez, sí podemos hacer algo, pero toda la humanidad unida, lograr así un cambio de conciencia, sola no hago nada.

La famosita frase, hasta cómica de "no somos nadie" es más que cierta, hoy tengo sueños, planes, metas por cumplir, proyectos inacabados, deudas que pagar y mañana puede que ya no esté aqui por un revés del planeta. Al igual que les ha pasado a miles de cientos de personas en Japón a quien se les echó encima una marea negra.

Yo he donado ya un euro, un euro que a mi no me supone nada, pero si cada uno de nosotros lo hiciera, lograríamos muchísimo. Hay que cambiar nuestra mente y lograr ése espíritu de equipo, de unión. Yo sola no logro nada pretendiendo cambiar y cuidar el planeta, si todos nos unimos a ésta lucha, sin duda lo lograremos. No dejo de ser una hormiguita entre tanto gigante.

Sólo confío, sueño, pienso en que no se cumplirán las profecías y podremos salvar el mundo. ENTRE TODA LA HUMANIDAD.
Ojalá tuviéramos un poco de los "Navi" de la película de Avatar porque aunque sea una película creo que James Cameron se acercó al mito de algunos verdaderos indígenas de que estamos vinculados con los cambios de nuestro planeta, que podemos conectar con la naturaleza y entrar en sintonía como si todo fuese un todo, seres vivos, aire, luz, vida. Y que de la propia naturaleza podemos seguir sacando todos los recursos necesarios para vivir una vida plena sin agotarlos.

Avatar es el sueño del futuro, aunque llegamos ya, demasiado tarde.
No quiero terminar éste post con un aliento tan pesimista, confío en que estamos en una época de cambio, en que la Tierra está adoptándose a los mismos para sobrevivir ésta etapa y para seguir nutriéndonos de sí misma. Pero creo que pretende que lleguemos a un pacto, y espero que los mandamás de éste mundo se den cuenta de sus pretensiones y lleven a cabo éste contrato con nuestro planeta para poder salvarla y en consecuencia salvarnos a nosotros mismos.
Es un compromiso de todos.

Pongo mi lacito negro a todas ésas personas que han pagado por los errores de todos y les deseo un feliz camino al cielo. Aquí, entre todos nosotros se quedarán aquellos sueños, metas, deudas y un sinfín de cosas que dejaron por cumplir.