jueves, 5 de mayo de 2011

La casa de Bernarda Alba



Cuando estaba en el instituto, "La casa de Bernarda Alba" de Federico García Lorca, fue una de las obras en las que hicimos bastante hincapié. Recuerdo que a mi profesor de literatura le apasionaba, aunque realmente le apasionaba todo lo que tenía que ver con la literatura en sí. Recuerdo que uno de los análisis que hicimos fue la obsesión de Bernarda Alba por tener las paredes blancas de la fachada de su casa.
Lo interpretamos, como la necesidad de aparentar ante los vecinos una posición social alta, una educación y pulcritud extrema.
¡¡Qué necesidad de querer aparentar siempre tanto!!

Anoche, me permití el lujo de tomarme un miércoles como si fuera un viernes, sábado o un domingo, me encanta transformar los días corrientes, en días extraordinarios. Aunque realmente lo único que hice fue ir a cenar con mi novio a uno de nuestros sitios favoritos, éso de cuando más que comer, lo que quieres es darte un capricho, e ir al cine después.

Vimos; THE COMPANY MEN
Película poco recomendable para cualquier persona que haya perdido su puesto de trabajo y que tarde en encontrar otro. Pero aún así, te hace pensar sobre qué es lo fundamental en la vida.
Yo al menos, me sentí MUY identificada.
Hace un año aproximadamente yo salía del paro para entrar en esta empresa. Es cierto que estuve en el paro porque quise (estudiando las famosas oposiciones) y me puedo dar con un canto en los dientes enorme puesto que cuando QUISE trabajar, ENCONTRÉ el trabajo. Ahí estaba para mi, sencillamente así. Tuve la sensación de que nos esperábamos mutuamente. ;-)

Pero quedarte en paro cuando tienes una hipoteca, unos hijos y lo peor aún; un alto nivel de vida, el cambio es frustrante. Así le pasó al protagonista de la película, Ben Affleck, bueno, a él y a media plantilla de su compañía. Altos ejecutivos con sueldos inalcanzables para muchos de los españoles (aún teniendo la misma formación, pero ya se sabe que América es distinta). Tuvo que vender su porche, su gran casa y cambiar muchas cosas de su vida, pero antes de llegar a ése punto, se resistió hasta tirar todo lo que pudo del hilo.

Es frustrante cambiar un nivel de vida por otro, es cierto. Todos aspiramos a más, a estar mejor, a trabajar menos, a salir más a comer fuera, a ir más de viaje... ¿quién no sueña y aspira a éso?. Pero cuando todo éso se derrumba, volver atrás es una tarea ardua y difícil.

Yo esta semana he pedido un aumento, y lo mejor es que me lo han concedido, es una grata noticia. ¡¡Y mucho!! aumentar va a aumentar, lo que no sé cuánto.
También es frustante dar mucho para recibir poco gracias a haber tenido una formación previa cualificada, todo éso se paga. Creo que hasta ahora vivía en un mundo de resignación asumiendo éso de: "para como están las cosas" ... pero creo que todos no sólo deberíamos tener lo que nos corresponde (justamente, sin inflar salarios) y no resignarnos a un sueldo muy por debajo de nuestra formación, porque ésto a la larga, genera un sentimiento de rechazo, no sólo a nuestro trabajo, sino a nosotros mismos...

Yo vivía así, infravalorada. Es verdad que entré aqui de "prueba" pero a día de hoy,siento que el favor se lo estoy haciendo yo a ellos... Llegados a éste punto, me siento ORGULLOSÍSIMA de mi misma por haber sido capaz de ponerle un precio a lo que valgo y a lo que hago. Aunque reconozco que el tema me tenía hablando sola, ensayé muchísimas veces mi discurso de "jefe, auménteme el sueldo" y antes de atreverme a descolgar el teléfono y llamar a mi jefe para pedirle una cita, tuve que resoplar varias veces... pero vencido el miedo... ¡¡lo superé!!.

Espero que se haga justicia.
También sé que cuando pase un tiempo, unos años imagino, mi ambición va a seguir diciendo: "dame más, dame más" ...
Pero es parte de la teoría de la evolución, todos queremos evolucionar en nuestra vida, en nuestra profesión, en nuestro salario.

Yo ya necesito, construirme una vida como Dios manda, con un salario que me permita comprarme una casa y ser madre.
Pero siempre, pisando la tierra, yo no quiero coches lujosos ni casas de ensueño. Y tan sólo quisiera sentirme satisfecha y deshacerme de este sentimiento de infravaloración que venía arrastrando.

Y a éso voy! :-) Qué orgullosa me siento de gritarle al mundo mis peticiones.

Pero aún así, ésa peliculilla que ví anoche me dejó con el miedo de... ¿y qué será mañana cuando tenga 54 años y me echen a la calle? ¿cuando ya no me quede dinero para seguir manteniendo a una familia acostumbrada a los caprichos?. Me toca decir la frase de: "éso no va a pasar" pero bueno, la probabilidad existe y es algo que muy cerca de nosotros, muchísimas familias están pasando por ello.

Por muy bien que esté hoy, debo pensar en el plan B del mañana, ése que te guardas debajo del colchón para sacarlo en una emergencia. Debemos invertir en futuro. Por lo que quiero seguir formándome en otros sectores y alimentar ése plan B cuando me quede sin el A. Si es que algún día sucediera.

Para personas aprensivas, no les recomiendo la película, pero sí para aquellas realistas, que debieran contemplar todas las posibilidades futuras, la buena o la mala fortuna o los reveses del destino.

En resumen, y aunque no tenga que ver; hay que ahorrar, no tan sólo dinero, sino también en caprichos.

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